Laila Alim llegó a Alemania en 1985 procedente de Afganistán. Después de un largo camino, por fin trabaja como enfermera a domicilio homologada.
Mi historia
„Para mí, la homologación supone muchísimo. ¡Es mi premio Nobel particular!“
Con 20 años, Laila Alim huyó a Alemania como exiliada política. En el sur de Afganistán, su país de origen, se había formado como comadrona y enfermera. Sin embargo, sin una homologación, no podía ejercer su profesión en Alemania. “Como mi trabajo me gustaba mucho, quería conseguir la homologación lo antes posible. Pero mi situación familiar no me lo permitía”. Durante 15 años, tuvo que ocuparse de sus cinco hijos a tiempo completo. “Pero nunca abandoné mi objetivo de poder trabajar en Alemania”.
En 2011, Laila Alim por fin pudo emprender el procedimiento de homologación de su formación de comadrona, pero no consiguió aprobar las medidas compensatorias necesarias, ya que no encontró plaza de prácticas cerca de su lugar de residencia. Fue un duro revés. “¡Pero no tiré la toalla!”, declara esta mujer luchadora y optimista.
Y no tardó en abrirse una nueva puerta. Una empleada de la Agencia de Sanidad y Protección del Consumidor de Hamburgo le indicó una alternativa: homologar su segunda formación profesional de enfermería. Sin embargo, en un principio no se determinó la equivalencia . Por ello, Laila Alim cursó una medida compensatoria de un año, ofrecida por la organización sin ánimo de lucro “passage” en cooperación con la clínica universitaria de Hamburg-Eppendorf y su academia de formación universitaria. Fue una época muy estresante. Principalmente, la gran cantidad de terminología especializada le dificultaba la tarea a Laila Alim. “Pero aprendí muchas cosas nuevas, ya que la formación profesional que cursé en Afganistán se centraba en mujeres pacientes”.
Cuando esta mujer de 51 años aprobó la parte práctica y todas las cualificaciones modulares, obtuvo la homologación como enfermera.
“A partir de ahí, recibí muchas ofertas de trabajo, ¡no tuve que esforzarme mucho por buscar empleo! Ya había trabajado en mi puesto de trabajo actual como auxiliar durante el programa”, relata Alim, cuya vida ha cambiado mucho desde entonces. “Como enfermera, la gente me trata con más respeto. Y todo el mundo aprecia mi competencia profesional”, afirma esta mujer de Hamburgo. La oportunidad de cursar una medida compensatoria en Alemania significa mucho para ella y la llena de orgullo. “Me encanta trabajar y atender a mis pacientes. Ahora mis hijos ya son mayores, por lo que puedo ejercer mi profesión con libertad. Además, estoy orgullosa de poder comprarles cosas bonitas con mayor frecuencia”.
La entrevista con Laila Alim se produjo en agosto de 2014. La empresa passage gGmbH, que realizó la medida de adaptación, forma parte del proyecto “IQ Netzwerk Hamburg – NOBI“.
Mi procedimiento en resumen
- En Afganistán, Laila Alim cursa una formación profesional como comadrona y enfermera. En 1985, se exilia en Alemania por motivos políticos.
- Aquí cuida de sus cinco hijos durante los años posteriores. En 2011, homologa su formación profesional como comadrona. Pero no encuentra puesto para realizar las prácticas necesarias para la medida compensatoria.
- En un segundo intento, Laila Alim consigue la homologación como enfermera. Para obtener la equivalencia total, participa en una medida compensatoria de un año.
- Después de conseguir la homologación, ahora Laila Alim recibe muchas ofertas de trabajo. Se decide por un empleo como enfermera a domicilio.
- La homologación ha cambiado su vida: Laila Alim trabaja en la profesión que estudió y está orgullosa de todo lo que ha logrado.
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